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El formidable pingüino emperador (Aptenodytes forsteri) es una especie endémica de la Antártida, y nunca se ha registrado la presencia de este animal tan al norte de sus tierras, así que podemos imaginar cuál fue la sorpresa de los bañistas, y más tarde también de los expertos, cuando este enorme ejemplar aterrizó en una de las playas más turísticas de la región a principios de noviembre, después de su gran viaje.
A simple vista, el pingüino mostraba signos de desnutrición, así que los especialistas en animales silvestres del Departamento de Biodiversidad y Conservación del Gobierno de Australia consideraron que debían acogerlo para garantizar su cuidado y evitar que fuera atacado por depredadores locales.
¿CÓMO PUDO NADAR TAN LEJOS?
Pues bien, por una parte, y aunque cada especie tiene unas características algo distintas, todas ellas poseen un plumaje especial y una gruesa capa de grasa que les permite repeler el agua y aislarse del frío, manteniendo una temperatura corporal de unos 40 grados centígrados.
Por otra parte, los pingüinos pueden beber agua salada, a diferencia de muchos animales. Esto les permite beber del agua del mar, que procesan mediante la glándula supraorbital. Así, a pesar de su largo viaje, era factible que este ejemplar de pingüino emperador sobreviviera y llegara hacia costas tan lejanas como las de Australia.
Los peligros que acechan a los pingüinos
Cada 25 de abril se celebra el Día Mundial del Pingüino, una iniciativa internacional ideada para concienciar a la población sobre la importancia de proteger a estas aves, cuya población ha disminuido drásticamente en el último siglo.
De las 18 especies de pingüino que habita el planeta, 10 se encuentran amenazadas, y de estas, 5 están catalogadas como ‘en peligro’ por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, de ahí la importancia de llevar a cabo medidas efectivas que ayuden a combatir sus principales amenazas: el calentamiento global, la contaminación de los océanos, la expansión de especies invasoras o la sobrepesca.
AHORA UN POCO SOBRE MÍ
Nací en las frías tierras del noreste, donde dirigí mi propia empresa. Durante años, el mundo de los negocios fue mi vida, pero en el fondo siempre sentí una atracción irresistible por la tecnología. Un día, decidí dejar todo atrás y sumergirme en el universo de la informática, donde descubrí mi verdadera pasión: Linux, la programación y las redes.
Desde entonces, me he vuelto casi obsesivo con el aprendizaje. Exploro cada rincón del software, desarrollo proyectos y profundizo en la seguridad. Ahora estudio con el solo objetivo en mente de entender y desafiar los límites del océano informático.